miércoles, 13 de abril de 2016

La psiquiatría actual: entre la crisis y la oportunidad (textos desde No Gracias)


La plataforma No Gracias, de la que somos miembros, lleva ya varios años luchando por una mejor medicina, independiente de conflictos de interés, más justa, más saludable y menos iatrógena por excesos preventivistas o terapéuticos. Su página web (aquí) es una fuente inagotable de textos del mayor interés, tanto originales como traducciones de diversos artículos y trabajos. En los últimos tiempos han dedicado (gracias sobre todo a la incansable y nunca suficientemente señalada labor de Abel Novoa) varias entradas a la Psiquiatría, sobre todo a través de la traducción de capítulos de obras recientes de profesionales y periodistas que han ahondado en muchos de los problemas que asolan hoy nuestra disciplina: la corrupción generalizada por parte de la industria farmacéutica, la escasa efectividad y gran cantidad de efectos secundarios de muchos de los psicofármacos que empleamos, sobre todo en tratamientos a largo plazo, o los excesos medicalizadores y psiquiatrizadores de lo que no son más (ni menos) que malestares vitales o sociales.

Nos proponemos hoy dejar a su disposición el enlace a varias de las entradas recogidas en la página de No Gracias, así como nuestra más entusiasta recomendación a que las lean con calma. Serán, como por desgracia se hace cada vez más habitual, textos incómodos para los profesionales, pero absolutamente necesarios. No hay ninguna otra manera de conseguir poner remedio a los males que sufre (y causa) nuestra disciplina que ser conscientes de los mismos. Conocer los problemas para poder trabajar en las soluciones, que no es sino lo que intentamos nosotros desde esta página.

Y sin más, los enlaces. No dejen de seguirlos.



Juicio a la psiquiatría




La medicalización del síntoma mental: un logro corporativo sin base científica:




La construcción de un mito: el disbalance neurobioquímico en las enfermedades mentales:




Cómo vender medicamentos peligrosos: el caso del Trankimazin:




La captura de la psiquiatría por los intereses comerciales y corporativos: antidepresivos y antipsicóticos:




La corrupción institucional de la psiquiatría y el daño a niños y adolescentes: el caso del TDAH:




Psiquiatría mortal y negación organizada (de Peter C. Gøtzsche):




La deriva de la psiquiatría puede ser una de las causantes del incremento del daño social debido a las enfermedades mentales:




La visión empobrecida del ser humano transmitida por la psiquiatría biológica:




Estudio 329: los muertos en la cuneta de la industria farmacéutica:




Atajar el malestar sin vestirlo de diagnóstico:




Hearing Voices: buscando nuevos espacios para ayudar(nos):





Esperamos que les muevan a pensar y a cuestionarse cosas, que es la única forma de avanzar. Nos parece que nuestros pacientes y nuestra sociedad necesitan una psiquiatría que pueda avanzar, que pueda reformarse en profundidad y que de verdad sea útil (pero no dañina), así como capaz de cuidar a las personas que lo necesiten (pero no controlándolas de forma más autoritaria o más paternalista).


Y, por cierto, si quieren ver en persona a Robert Whitaker, autor de alguno de los libros analizados en estas entradas, tienen una oportunidad inmejorable en las jornadas que va a organizar la ATFM (Asociación de Terapia Familiar e Mediación de Galicia) el 14 de mayo, cuyo programa pueden consultar aquí.

1 comentario:

  1. Yo siempre digo, que dejas de ser una persona y pasas a ser un desequilibrio químico; te deshumanizan, eres una enfermedad. Pastilla y nada más que hacer.

    Te hacen sentir enfermo, te crees enfermo, te medicas más y más. No hay síntomas secundarios de fármacos, son la enfermedad empeorando. ¿Solución? Más fármaco, hasta que entre efecto y efecto secundario acaba siendo insoportable, y junto al estrés creciente empeora el problema inicial. ¿Y después? Ingresado, para probar nuevos y más fármacos. Megadosis o combinaciones de distintos antipsicóticos con antidepresivos y estabilizantes del ánimo, junto a una benzodiacepina ocasional.

    Obesidad, cansancio, somnolencia -o insomnio-, sedación, pérdida de intereses, de objetivos. Empeoramiento del rendimiento social, pérdida del trabajo o abandono de los estudios ("¿Cómo vas a estar estudiano o trabajando así? Déjalo y céntrate en curarte, ya veremos como vives, hay trabajadoras sociales y ayudas para tu caso.")

    Te cronifican... ellos.

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